El Protocolo de Kioto hizo un ingreso notable en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, en Cancún, con el rotundo rechazo de Japón a prolongar el tratado, otra sombra que se cierne sobre las actuales negociaciones en México.
En la sesión inaugural, Japón advirtió el lunes que no firmaría un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kioto, cuya renovación antes de su vencimiento, en 2012, es exigida por naciones en desarrollo y considerada central para la consecución de un acuerdo en la cita que se desarrolla en Cancún hasta el 10 de diciembre.
"Resolver este problema es fundamental para lograr un resultado positivo en Cancún", afirmó a la prensa el jefe de la delegación brasileña, Luiz Alberto Figueiredo.
En tanto no se logre un acuerdo sustituto, los países del hemisferio sur defienden que se mantenga ese protocolo, hasta el momento el único instrumento legal que exige a los países industrializados --salvo a Estados Unidos, que nunca lo ratificó-- reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, considerados causante principal del calentamiento global.
El Protocolo de Kioto, firmado en 1997 y que entró en vigor en 2005, tiene como objetivo para 2012 la reducción de emisiones contaminantes en 5% con respecto a 1990.
Pero la cercanía de la fatídica fecha de vencimiento hace que la cuestión gane protagonismo en las negociaciones de Cancún.
"En este tema (la prolongación del Protocolo de Kioto) estamos viendo un desplazamiento del liderazgo. Los países en desarrollo están llevando la iniciativa", aseguró Figueiredo.
Las ambiciones de la conferencia mexicana son modestas, pero un fracaso equivaldría a firmar el acta de defunción del proceso de negociaciones en el marco de la ONU, iniciado hace 18 años.
El anuncio japonés no ayuda, "y muchos países están preocupados", dijo Figueiredo a la AFP.
"Naturalmente que estoy inquieto", dijo el negociador de Bangladesh, Quamrul Islam Chowdhury. Kioto y Cancún "están ligados", aseguró.
De su lado, la representante de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, en inglés), Dessima Williams, admitió: "No es una posición nueva de Japón, pero nunca la escuché formulada de manera tan contundente".
Esta toma de posición japonesa sorprendió por el tono empleado y la elección del momento, antes incluso de iniciarse las negociaciones.
"No tiene sentido lanzar un segundo periodo (de validez del acuerdo) en la medida en que el Protocolo de Kioto no cubre más que 27% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2)", explicó el miércoles a la prensa Hideki Minamikawa, uno de los negociadores japoneses.
"Esta posición fue claramente decidida en reunión ministerial presidida por el primer ministro", enfatizó.
¿Por qué atarse las manos cuando los dos mayores emisores de gases con efecto invernadero, China y Estados Unidos, no lo hacen?, se cuestionan en Japón, que sólo representa 3% de las emisiones contamientantes totales.
El único tratado válido, según Tokio, deberá integrar "a todos los principales emisores".
"Es una mala noticia. Alienta a los países como Rusia a hacer lo propio", consideró de su lado un negociador europeo.
Pese al tono de Tokio, que parece inapelable, algunos quieren creer que aún existe un margen de maniobra.
Para Dessima Williams, "aunque lo hayan dicho con fuerza, es una posición de partida".
"Hay que encontrar la forma de evitarla", añadió la delegada de los AOSIS, que sin embargo admitió estar llevándose por su "lado optimista".
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