martes, 26 de abril de 2011

Chernobyl, a 25 años. (Fuente: Vanguardia Mexico, F. Marquina.)



Los visitantes quedan absortos ante la catástrofe solo visible por la ausencia misma de vida, puesto que la naturaleza, al menos de manera aparente, sigue su curso, ganando terreno a las viviendas, carreteras y caminos, casi invisibles ya por el avance de la maleza. Si no fuese por el contador Geiger que comienza a petardear de manera insistente según nos acercamos al segundo control, nada diría que aquí hay una amenaza letal e imperceptible.

Antes de cruzar el segundo control, los periodistas acreditados hemos de firmar unos documentos en los que nos responsabilizamos de las consecuencias nocivas que esta visita pudiese tener para nuestra salud. A este lado de la frontera viven los trabajadores que deberán construir el nuevo sarcófago sobre el reactor accidentado, unos 2.500, que viven 50 días en el primer anillo de la zona de exclusión en turnos de 50 días dentro y otros 50 fuera, para evitar recibir así recibir excesivas dosis de radiación.

Los trabajos parecen avanzar lentamente, más aún cuando el gobierno ucraniano no consigue recaudar los 1.500 millones de euros (más de 2.100 millones de dólares) necesarios para la construcción de dicho sarcófago, una obra de ingeniería impresionante que será construido bajo circunstancias de toxicidad extrema, todo un reto para los avances tecnológicos que deberán minimizar al extremo la participación de operarios en los trabajos.

Una vez cruzado el segundo control nos adentramos realmente en la zona contaminada, al cruzar el llamado bosque rojo los contadores Geiger de los que disponemos dan la voz de alarma, el suelo aquí recibió el grueso de los materiales radioactivos, y aún hoy, 25 años después, sigue siendo peligroso bajar del vehículo y pasear entre sus árboles muertos. En este punto enfermaron fatalmente no pocos soldados del Ejército Soviético en las labores de contención del accidente, aquella primavera de 1986.

Avanzando por la carretera que lleva a la central, bordeada de aldeas y casas abandonadas y arruinadas por el paso del tiempo, nos recibe el letrero de la ciudad, Prípiat, el símbolo más conocido de esta catástrofe. “La ciudad Fantasma”, aquella que albergaba a los trabajadores de la central nuclear. Una ciudad joven, construida en 1970 y destinada a ser el modelo de la vida soviética y su progreso tecnológico. Una ciudad que murió a sus 16 años, cuando, tras la explosión del reactor número cuatro de Chernóbil, situado a escasos kilómetros de esta ciudad, similar en su esquema a todas las construidas bajo el régimen comunista.

La ciudad está sellada por un tercer control militar, que la cerca completamente y que está destinado a evitar el expolio perpetrado por vecinos de otras áreas que, indiferentes ante el peligro radiactivo, desvalijaron todo lo que tenía algún valor en la ciudad tras ser abandonada a toda prisa por sus 50.000 habitantes días después de la explosión.

UN SILENCIO SOBRECOGEDOR

La calle Lenin, en su día avenida vertebral de esta ciudad ahora muerta, es un escenario siniestro. Avanzamos sorteando ramas caídas, maleza sobre el asfalto y cascotes, frente a nosotros pasan la “stolóvaya” (comedor popular soviético), el cine, una peluquería, cabinas de teléfonos…todo abandonado y carcomido por el paso del tiempo.

Aquí la radiactividad es más baja, pero peligrosa para estancias prolongadas, por lo que el militar ucraniano que nos acompaña asegura que no se podría volver a vivir en estas calles (si es que alguien desease tal cosa), al menos en otros 90 años, ya que una estancia permanente allí es, a día de hoy, imposible.

El silencio en una ciudad es algo sobrecogedor, allí donde el bullicio y el ruido de coches y sirenas deberían estar presente, su ausencia resulta desasosegante y descorazonadora, Prípiat es la tristeza. Desde lo alto del los edificios policiales, a más de ocho plantas de altura, la ciudad es tan gris como el cielo lluvioso. Nada se mueve. Los escudos de la República Socialista Soviética de Ucrania, continúan en lo alto de los dos edificios más elevados de la ciudad, testigos mudos de la desolación y el abandono.

En Prípiat todo ha sido desvalijado, no queda ni un solo radiador en sus edificios, las cocinas de los apartamentos han sido desprovistas de todo aquello que funcionase, las tazas de los váteres arrancadas, sólo los muebles más voluminosos permanecen, lo que nos demuestra que la protección y el cerco militar de la ciudad ha sido absolutamente ineficaz.

Todo esta parado en los últimos años de la década de los ochenta, los calendarios no pasaron más hojas que, se quedaron todos en abril de 1986. La atracción de feria, que debía ser inaugurada esa primavera, quedo para siempre parada, su noria, quizás la imagen más conocida de esta ciudad fantasma, no llegó a dar ninguna vuelta.

Dejando la ciudad atrás, nos acercamos al reactor, cuyo sarcófago, construido a costa de la salud y la vida de los llamados “liquidadores”, está a día de hoy en un estado peligrosamente deplorable.

Este sarcófago, construido inicialmente para contener la radiación durante una treintena, está ya al borde de su vida útil por ello los esfuerzos del gobierno ucraniano de acelerar la construcción de uno nuevo y definitivo, ahora que la comunidad internacional está más sensible tras la avería de la central japonesa de Fukushima, accidente que las autoridades niponas han situado ya al nivel del de Chernóbil.

La explosión dejó también aquí un escenario de pesadilla, miles de máscaras de gas y trajes de goma, corroídos por los 25 años transcurridos, yacen en los caminos que bordean la central. Los reactores 5 y 6, que debían completar las instalaciones, y que estaban en plena construcción aquella primavera, son ahora dos moles abandonadas, rojizas por el óxido.

Aquí trabajan diariamente varios centenares de técnicos, y en las inmediaciones de los abandonados reactores 5 y 6 hay un restaurante para los trabajadores, absolutamente similar al de cualquier ciudad soviética, donde trabajan con calma e indiferencia las cocineras, que parecen ajenas al escenario de pesadilla del exterior.

PLANES DE FUTURO

La zona de exclusión seguirá siendo un lugar inhabitable durante varias decenas de años más, y las zonas donde la tierra recibió materiales radiactivos de manera directa no podrán serlo nunca.

Aun así el gobierno ucraniano baraja la posibilidad de repoblar el primer círculo de la zona de exclusión, esto es, tan sólo los diez kilómetros cuadrados en torno a la central quedarían vedados.

Por el momento, Kiev ha dado luz verde a que los turistas pueden visitar todas las zonas afectadas de manos de empresas privadas , algo que ha resultado especialmente polémico entre la comunidad de “likvidátor” (liquidadores), que no ven con buenos ojos este negocio del morbo, más aún cuando los precios por persona de las excursiones organizadas superan con creces las pensiones que estos supervivientes cobran, ya que una excursión individual cuesta con estas agencias privadas 500 dólares, de los que ni un solo céntimo se dedica a la atención de los afectados por la radiación.

DESTACADOS:

* Aún hoy, 25 años después, sigue siendo peligroso bajar del vehículo en esta zona y pasear entre sus árboles muertos.

* El letrero de la ciudad, Prípiat, el símbolo más conocido de esta catástrofe, permanece. “La ciudad Fantasma”, aquella que albergaba a los trabajadores de la central nuclear, fue construida en 1970 y destinada a ser el modelo de la vida soviética y su progreso tecnológico.

* El gobierno ucraniano baraja la posibilidad de repoblar el primer círculo de la zona de exclusión, esto es, tan sólo los diez kilómetros cuadrados en torno a la central quedarían vedados.

viernes, 15 de abril de 2011

Israel May Hold the World’s Third Largest Reserve of Shale Oil (economywatch - David Caploe, PhD.)




Last summer huge deposits of natural gas were found along Israel's northern coastline.

As with almost everything having to do with that controversial country, both Israelis and others found this "revelation" a mixed blessing, to say the least. On the one hand, it certainly eases concerns about Israel's energy viability, with enough not just for its own needs, but sufficient quantities to become a major exporter as well.

At the same time, many Israelis feared the effect such "easy money" would have on the country's already significant elite corruption problem, and its proximity to Lebanese territorial waters raised once again the question of the wisdom of Israel's 2006 invasion, which alienated many previously pro-Israeli elements in Lebanon, and seemed sure to fuel a national consensus to contest any easy access for which Israelis might be hoping.

Hmmmm ... sounds a bit like BP and their Arctic drilling problems in Russia ... ;-) ...

Now, it turns out, even more fuel is being added to Israel's energy fire -- so to speak -- with the equally stunning news that the country may hold the world's third largest quantities of shale oil - behind the US and China, both of whom would consume almost all of their own production - meaning Israel could indeed become the world's largest exporter of shale oil -- hence the comparison to Saudi Arabia.

Israel a global super power in energy ??? The mind boggles.

But the same sort of technological revolution that has made previously inaccessible on-shore natural gas suddenly available - via a process of hydraulic fracturing, or fracking, an environmentally destructive process whose impact on the global natural gas scene we discussed last week - is now apparently transforming the extraction of shale oil as well - and in so doing, shaking up the energy dynamics of the entire world, including Israel.

How did all this come to be ???

The most recent developments in this story start with Dr Harold Vinegar, the former chief scientist of Royal Dutch Shell, who is at the center of an ambitious project to turn Israel into one of the world's leading oil producers. Israel Energy Initiatives, or IEI, where Vinegar is chief scientist, is working on projects to extract oil and natural gas from oil shale from a 238sq km area of the Shfela Basin, to the south and west of Jerusalem.

Oil shale mining is often frowned upon by environmentalists for many of the same reasons as fracking: it's a dirty process that is both energy and water-intensive.

IEI, which is owned by the American telecom group IDT Corp, believes its technique will be cleaner than that of other operators because the oil will be separated from the shale rock up to 300m beneath the ground.

Water will be a by-product of the process, rather than being consumed by it in large volumes. Vinegar says Israel has the third-biggest oil shale deposits in the world, outside the US and China:

"We estimate there is the equivalent of 250 billion barrels of oil here. To put that in context, there are proven reserves of 260 billion barrels of oil in Saudi Arabia."

And not to upset too many people, but we also ran an item earlier this year about Arab scientists working for ARAMCO who argue that the Saudis have, in fact, systematically OVER-estimated their proven reserves.

IEI estimates the marginal cost of production will be between $US35 - 40 per barrel.

This, Vinegar points out, is cheaper than the $US60 or so per barrel that it costs to extract crude from inhospitable locations such as the Arctic - wow, if BP CEO Dudley isn't gnashing his teeth when he reads this ;-) - and compares with $US30 - 40 per barrel in some of the deepwater oilfields off the coast of Brazil.

"These Israeli deposits have been known about, but have never been listed before. It was previously assumed there was not the technology to deal with it."

IEI hopes to begin production on a commercial basis by the end of the decade, with a view to producing 50,000 barrels per day at the outset. This would be a fraction of the 270,000bpd consumed daily by Israel, but would be a significant step towards making the country energy-independent. With one barrel of oil comprising 42 gallons, Vinegar estimates each ton of oil shale contains approximately 25 gallons.

The extraction process involves heating the rock underground, using electric heaters, to approximately 325C, the level at which the carbon-carbon bonds in the rock start to "crack".

Wow, this really DOES sound like the shale oil equivalent of "fracking". The oil produced by the process is light and easily refined to a range of products, including naphtha, jet fuel and diesel.

This is significant, since light oil -- like that produced in Libya -- is considered "sweet" and much less costly to refine than the heavier crude found in Saudi Arabia.

Given the importance of political receptivity to outside investors in the energy business, it's not surprising the project is attracting serious interest from outside investors. In November, 2010, an 11% stake in Genie Oil & Gas, the division of IDC that is the parent company of IEI, was acquired for $US11m by Jacob Rothschild, the banker, and Rupert Murdoch, chairman of News Corporation and promoter of right-wing lunacy throughout the English-speaking world.

Genie's advisory board includes impressive figures such as Michael Steinhardt, the hedge fund investor, and more frightening ones, like Dick Cheney, former US vice-president, and co-founder of the Shiite Islamic Republic of Iraq, along with his running buddy George W Bush.

An appraisal is now under way that would be followed by an 18-month pilot stage, according to Vinegar. Among the issues this will address will be concerns raised by environmental groups, including an examination of IEI's claims that the process does not require excessive use of water or energy.

Reassurance will also be sought that a local aquifer, which is several hundred metres below the shale deposits, will not be contaminated by the work. This is key, because, while the Middle East may have an abundance of fossil-fuel energy, it has a decided shortage of water, so any process that is a major net consumer of water may not be cost-effective from an overall point of view.

Assuming these early stages are completed successfully, a demonstration phase would then take place over three to four years, during which the work completed in the pilot phase would be continued on a larger scale. Only then would the commercial operations begin.

By that time, up to 1000 people would be employed on the project, many of them specialist engineers from outside Israel, says Vinegar, who adds:

"Funding is not needed for the pilot and demonstration, although once we get to 50,000 barrels per day, we would want to have a partner. We have been approached by all the majors."

Not surprisingly, the project still faced a number of significant issues, as Vinegar points out:

"There is a geological risk:

- Is the resource there?
- What is the risk to the aquifer?
- We have no doubts here, in particular that the resource is there and is of good quality,
- but the pilot can prove these things.

"Then there is the technological risk:

- Can we drill long horizontal wells?
- Can the heaters be placed in them?
- And can they last?

"And finally there is the economic risk, what the price of oil does. But I think the price is going to continue rising, to the extent that, by 2030, we will be at around $US200 per barrel."

And while this seems to have escaped Vinegar's attention, which is not a great sign, there is a fourth potential risk for the project: whether it is capable of sufficiently overcoming substantive objections from environmentalists to win popular support - perhaps the most important challenge facing him and his colleagues.

If they are successful, though, it will probably mean an end to one of the most humorous stories in Jewish culture about fossil-fuel energy: During a crowded Passover service, a rabbi telling the story of the Exodus from Egypt was interrupted by an old man, who kept shouting, "Moses was a schmuck, Moses was a schmuck."

Of course, the congregation was shocked, and the stunned rabbi finally asked the old man why he was criticizing the great hero of Judaism / Christianity / Islam. The old man replied without hesitation: "He said when they come out of Sinai, turn left. If he had any brains, he should have told them, "Turn right.'"

David Caploe PhD
Chief Political Economist
EconomyWatch.com

martes, 5 de abril de 2011

Petrobras: "Brasil es hoy la mejor frontera de desarrollo de nueva producción de petróleo en el mundo"






Río de Janeiro, 22 mar (EFE).- Estados Unidos necesita darle más valor a su alianza estratégica con Brasil si quiere beneficiarse de las gigantescas reservas que la petrolera brasileña Petrobras descubrió en aguas muy profundas del océano Atlántico, afirmó hoy el presidente de la compañía, José Sergio Gabrielli.

El ejecutivo se refirió de esa forma al interés en las reservas de crudo descubiertas por Petrobras que el presidente estadounidense, Barack Obama, manifestó durante la visita oficial que hizo a Brasil los pasados sábado y domingo.

"Si el Gobierno estadounidenses quiere darle un valor estratégico a sus importaciones de petróleo de Brasil tiene que crear condiciones para darle valor a la alianza estratégica. Ese es el desafío que tiene Estados Unidos", dijo el presidente de Petrobras al participar en un seminario para inversores en Río de Janeiro.

Según Gabrielli, Estados Unidos puede apreciar esa alianza mediante la oferta de préstamos a las empresas petroleras brasileñas, ofreciendo incentivos a las empresas estadounidenses que quieran operar en Brasil y dando facilidades para comercialización del producto brasileño en ese país.

"Otros países tienen esos instrumentos, pero Estados Unidos no los tiene", agregó.

La visita de Obama a Brasil fue centrada en asuntos económicos y energéticos, entre los cuales la posibilidad de que Estados Unidos aumente sus importaciones de petróleo brasileño cuando Petrobras comience a explotar las reservas que descubrió en el llamado presal.

Gabrielli calcula que Petrobras puede doblar sus reservas probadas de petróleo en cinco años luego de que declare comerciales los yacimientos del presal.

La compañía brasileña tiene reservas probadas por 14.000 millones de barriles de petróleo, pero ya ha identificado entre 10.000 y 16.000 millones de barriles de petróleo extraíbles en los yacimientos explorados en el presal.

Como Brasil ya es autosuficiente en petróleo y prefiere aumentar su abastecimiento de combustibles vegetales como el etanol, las reservas extraídas del presal serán destinadas principalmente a la exportación.

"Brasil es hoy la mejor frontera de desarrollo de nueva producción de petróleo en el mundo. Con los hallazgos del presal, en términos de largo plazo, Brasil se presenta como un país con enorme potencial de desarrollo en la producción", dijo Gabrielli.

"Es evidente que todo el mundo quiere participar de ese proceso", agregó el presidente de la Petrobras al referirse al interés de empresas estadounidenses en explorar el presal y de Estados Unidos en abastecerse con el crudo procedente de esas reservas.