El derrame en el Golfo de México podría 'cambiar la dinámica' del suministro de crudo en años por venir, informó la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un reporte presentado este jueves.
Según la agencia, conformada por dependencias de 28 países, el vertido de miles de barriles de petróleo provenientes de una fuga en un pozo de la británica BP podría restringir el futuro de la perforación y exploración en aguas profundas, y limitar la oferta.
En su reporte de junio sobre la industria petrolera, la AIE dijo que algunas de las consecuencias de la explosión de la plataforma Deepwater Horizon y el consiguiente derrame que lleva casi 2 meses, son el aumento de los gastos, el retraso de nuevos proyectos y nuevas reglas gubernamentales para la exploración marina.
Y es en Estados Unidos donde ya se hace eco de esta situación por la que alerta la AIE, con una moratoria de seis meses impuesta por la Casa Blanca a la perforación en aguas profundas en algunas zonas del Golfo de México, ordenada por el presidente Barack Obama a fines de mayo.
El miércoles pasado, el secretario del Interior de EU, Ken Salazar, salió al paso de la críticas de quienes consideran que la exploración aguas afuera es primordial para que EU supere la dependencia del petróleo extranjero.
Salazar dijo al Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado de EU que el gobierno tiene que garantizar la seguridad en las operaciones de exploración y explotación en aguas profundas.
Sobre este tema, Obama dijo este jueves que el desastre en el Golfo ha remarcado las deficiencias de la leyes vigentes sobre el medio ambiente y la contaminación.
El mandatario se reunió en Washington con líderes del Congreso y al término dijo que “las leyes no son las adecuadas para una crisis de esta magnitud”.
En específico, Obama se refirió a la Ley de Contaminación por Petróleo de 1990, la cual ha estado bajo la crítica de los legisladores del Partido Demócrata porque impone un máximo de 75 millones de dólares a las empresas que la violen.
Según Obama, esa ley se “aprobó cuando nadie preveía perforaciones a más de 6 kilómetros bajo la superficie del mar para buscar petróleo”.
A la fecha, el costo de la catástrofe se ha calculado en más de 1,430 millones de dólares y la administración de Obama ha dicho que BP acelerará los pagos a las empresas perjudicadas.
Bajo las leyes actuales en EU, BP es responsable de pagar por las operaciones de limpieza así como de cubrir las “demandas legítimas” por los daños del desastre.
Aunque la empresa ha dicho que tiene la “flexibilidad financiera” para cubrir los costos, sus acciones en Londres mostraron una tendencia a la baja. Este jueves, la acción perdió 11% de su valor. El valor de la empresa ha caído por más de 5,800 millones de dólares.
Contra la crisis de imagen
La empresa ha tenido que luchar además para sostener su imagen. Este miércoles, un grupo de familiares de los 11 empleados de la plataforma muertos en la explosión del 20 de abril criticó a BP por el manejo de la crisis y por la gestión de su infraestructura.
Mientras cientos de dueños de negocios en estados aledaños al Golfo de México exigen que BP les cubra sus pérdidas, en Londres algunos líderes empresariales y políticos le exigen a David Cameron, el primer ministro británico, que defienda a la empresa ante el alud de críticas en Estados Unidos.
Es el caso del alcalde de Londres, Boris Johnson, que advirtió sobre una “retórica antibritánica” que emana de Estados Unidos.
En declaraciones a BBC Radio, Johnson dijo que “lo que sucedió fue un accidente y BP está pagando un precio muy, muy alto, por ello”.
Por su parte, Cameron dijo a los medios de comunicación que “BP tiene que hacer todo para remediar la situación y el gobierno del Reino Unido le ayudará”. Asimismo, Cameron dijo que entiende “a carta cabal la frustración del gobierno estadounidense”.
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