jueves, 24 de febrero de 2011
Latinoamérica instaló 703 MW de energía eólica en 2010 (reve)
La potencia eólica instalada en Latinoamérica creció un 53,8% el 2010 y alcanzó poco más de 2GW en total, según un informe publicado por el Consejo Internacional de Energía Eólica.
La potencia eólica instalada en Latinoamérica creció un 53,8% el 2010 y alcanzó poco más de 2GW en total, según un informe publicado por el Consejo Internacional de Energía Eólica (GWEC, por su sigla en inglés).
En Latinoamérica se instalaron 703 MW eólicos durante el 2010. Los mayores aportes provinieron de Brasil y México, que incorporaron respectivamente 326 MW y 316 MW de nuevos parques eólicos.
Brasil posee la mayor capacidad eólica instalada de Latinoamérica, con 931 MW en funcionamiento. Le sigue México con 517 MW y luego Chile (172 MW) y Costa Rica (123 MW), en la tercera y cuarta posición.
El Consejo Internacional de Energía Eólica señaló que Suramérica podría tener 42,2 GW en 2020 y 93,3 GW en 2030. "Con un desarrollo de esta magnitud, la energía eólica empezaría a cubrir una parte importante de la demanda eléctrica, con una generación superior a 100 TWh en 2020 y 231 TWh en 2030", agrega el Consejo Internacional de Energía Eólica.
Se identifica en particular a Argentina como un promisorio mercado a futuro para la industria de la generación eólica, donde Impsa es el mayor fabricante de turbinas eólicas. La empresa estatal Enarsa adjudicó contratos por proyectos eólicos con una capacidad de 755 MW en su licitación de energía renovable Genren.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Latinoamérica refuerza su liderazgo mundial en energías renovables
Latinoamérica refuerza su liderazgo mundial en energías renovables
Miami (EE.UU.), 22 feb (EFE).- Latinoamérica, con un porcentaje del 30 por ciento de producción de energías renovables, especialmente biomasa, se encuentra a la vanguardia en el mundo, dijo hoy en Miami el expresidente de Costa Rica José María Figueres en un foro sobre nuevas fuentes de energía.
Figueres destacó la labor de países como Brasil, Costa Rica, México y Chile, donde las políticas gubernamentales han sido un factor clave para que los políticos y empresarios entiendan la urgencia de estos temas.
Latinoamérica sobrepasó las expectativas que se tenían para 2010 y se puso por encima de países como España, líder en generación de energías renovables (16 por ciento), señaló Figueres.
"El tema es muy importante porque vivimos en un mundo con recursos limitados. Sobre todo en hidrocarburos. Los vamos a seguir teniendo durante los próximos 20 ó 30 años, pero no más allá y cada vez más a un precio mayor. Por eso entre más rápido hagamos el cambio total a la utilización de energía renovable será mejor para todos", aseguró Figueres.
El exmandatario también destacó las condiciones topográficas de la región que sirven para explotar fuentes alternativas de energía. "Latinoamérica tiene un gran potencial para desarrollar energía eólica y geotérmica, porque tenemos muchos volcanes", afirmó.
De acuerdo con Figueres, lo importante es contar con redes de distribución inteligentes que permitan que la energía llegue a todos los lugares del continente cuando hay 35 millones de latinoamericanos que aún no tienen acceso a ninguna fuente de energía.
"Está más que comprobado que para combatir la pobreza en el continente se debe combatir la pobreza energética. El ejemplo más claro es Haití, donde sólo un 34 por ciento de sus habitantes están conectados a redes eléctricas y eso hace muy difícil que haya oportunidades de trabajo", agregó.
Figueres destacó que América Latina recibe subsidios públicos de sus Gobiernos por valor de 50.000 millones de dólares anuales para sustituir combustibles fósiles por renovables.
"Sería bueno empezar un programa gradual de esos subsidios hacia incentivos particulares para lograr crecer la industria a un tamaño donde se logre una economía de escala que le permita a la industria seguir desarrollándose por si sola. Esto sin olvidar la inversión extranjera, que es el ahorro del mundo", opinó.
Figueres destacó también el interés de China en la región y señaló que en materia de energías renovables también puso sus ojos en el cono sur.
"Actualmente apuntan -los chinos- a eliminar las emisiones de carbono. En su propio país están haciendo las cosas muy bien, ya que ven que esto les trae ventaja sobre otras potencias y tiene beneficios económicos", agregó.
Figueres añadió que el 50 por ciento de las turbinas para generar energía eólica que se vendieron en Latinoamérica se produjeron en China y que además el gigante asiático tiene las fabricas más grandes de producción de paneles solares.
Por su parte Pablo Reyes, director del Centro de Estudios Estratégicos Latinoamericanos, CEELAT, señaló que otros países en la región como Argentina, Colombia y Perú también han incrementado sus posiciones energéticas.
De acuerdo con Reyes, el principal reto en la región es crear un sistema de comunicación entre los Gobiernos, la empresa privada y el sector público para desarrollar conjuntamente las políticas adecuadas para incrementar la producción de energía renovable y la inversión en el tema.
domingo, 20 de febrero de 2011
Artículo en El País de Antonio Llardén (Seguridad Energética).
La situación que se está viviendo en algunos países del norte de África y de Oriente Próximo, y los efectos que pueda tener sobre el suministro energético europeo, evidencian la importante influencia de la geopolítica en materia energética y deben hacernos reflexionar sobre nuestra seguridad de suministro, sus posibles vulnerabilidades y sus posibilidades de mejora.
Europa recuerda lo sucedido en el invierno de 2009, cuando "la crisis del gas" originada por el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania provocó que varios países de la UE sufrieran dramáticos recortes en el suministro de gas natural. En aquella ocasión, España no se vio afectada de ningún modo, puesto que nuestro país no importa gas ruso, y podría haber contribuido a aliviar las consecuencias sufridas por los países vecinos de haber contado con las interconexiones precisas para transportar gas más allá de la frontera francesa.
Sin embargo, España sí importa gas natural de varios países del norte de África y Oriente Próximo. Por ello, en las últimas semanas se han planteado las posibles repercusiones que la difícil situación que ha atravesado Egipto pudiera tener sobre nuestro suministro, en el caso de haberse producido una interrupción de los cargamentos de gas egipcio o de otras procedencias con paso por el canal de Suez.
El gas natural es un elemento fundamental en el mix energético de nuestro país. En 2010 representó aproximadamente una cuarta parte de la energía primaria consumida en España y con él se produjo más de un tercio de la electricidad utilizada por nuestros hogares y empresas.
En España no existen yacimientos de gas natural y es necesario importar del exterior el ciento por ciento de nuestra demanda. En este aspecto, y aunque dependiente de otros países que sí son productores, España está bien posicionada: nuestro Sistema Gasista, gracias en parte a su ubicación geográfica, con dos vertientes marítimas y su proximidad al continente africano, es uno de los más diversificados de Europa. Dispone de una doble vía de entrada del gas -a través de plantas de regasificación y por gasoducto- y esto le proporciona un alto grado de disponibilidad de capacidad de entrada y le permite recibir gas natural desde cualquier lugar del mundo.
En 2010, aproximadamente el 8% del gas natural consumido en España procedía de Egipto. De Argelia, nuestro primer país suministrador, importamos casi un 30% del total. El resto de suministros provinieron de hasta 10 países diferentes, destacando entre ellos Nigeria (21%), Qatar (15%), Trinidad y Tobago (9%) y Noruega (5%).
Sin embargo, aunque España cuenta con un alto grado de diversificación, casi un 40% del gas natural que consumió el año pasado procedía de países de la orilla sur del Mediterráneo: Argelia, Egipto y Libia. A esto hay que añadir las importaciones de gas natural que recibimos a través del canal de Suez, que constituye una de las principales arterias de tránsito de gas natural licuado (GNL) hacia Europa y España. El año pasado, el gas importado de Omán, Qatar y Yemen, es decir, más del 16% de nuestros aprovisionamientos totales, utilizaron esta vía de comunicación.
Ante una hipotética situación de inestabilidad prolongada en el norte de África, más del 55% de nuestras importaciones de gas natural podrían verse afectadas. Sin olvidar el riesgo geopolítico de Nigeria, país del que importamos más del 20% de nuestro aprovisionamiento de gas.
Este escenario, si bien no parece probable hoy por hoy, debe servirnos para recordar que en cualquier momento pueden surgir problemas de seguridad de suministro y que sus soluciones no se improvisan en el instante en el que suceden. Requieren de actuaciones a largo plazo y deben planificarse con anticipación, sin depender de situaciones de mercado coyunturales.
Teniendo en cuenta el papel fundamental que el gas natural desempeña en el abastecimiento energético español ¿cómo podemos blindarnos ante estas posibles contingencias y garantizar nuestra seguridad de suministro de gas?
La respuesta es doble. En primer lugar, es necesario desarrollar almacenamientos subterráneos que nos permitan disponer de un volumen suficiente de reservas de gas natural de carácter estratégico, almacenadas de forma permanente en nuestro país. Así sucede con los productos petrolíferos, para los que es obligado mantener unas existencias mínimas de seguridad equivalentes a 92 días de consumo. Frente a ello, para el sector del gas natural la exigencia de almacenamiento es la equivalente a un máximo de 20 días de demanda.
España dispone actualmente de una capacidad de almacenamiento subterráneo muy inferior a la de los principales países europeos de nuestro entorno, como Alemania y Francia, cuya capacidad de almacenamiento se sitúa en valores superiores a 90 y 100 días de demanda, respectivamente, con elevadas capacidades de extracción que les permitirían soportar posibles problemas de abastecimiento de larga duración.
El desarrollo de este tipo de infraestructuras es una asignatura pendiente de nuestro sistema gasista, que mejoraría en gran medida si todos los proyectos previstos o en desarrollo resultaran finalmente exitosos: Castor, Yela, Marismas y la ampliación de Gaviota.
El segundo elemento clave para incrementar nuestra seguridad energética es el desarrollo de conexiones internacionales con Europa a través de Francia.
En este sentido, está pendiente lograr una capacidad de interconexión adecuada, que integre definitivamente la península Ibérica en el mercado europeo, y que a su vez permita a la Unión Europea beneficiarse de nuestra elevada capacidad de recepción y regasificación de GNL, así como de nuestras conexiones por gasoducto con el continente africano. Esto contribuiría significativamente a la seguridad de suministro europea y española.
Durante los últimos años, los agentes del sector gasista en Francia, Portugal y España han realizado un importante esfuerzo para el desarrollo de nueva capacidad de interconexión en el marco de la South Gas Regional Initiative, promovida por la Comisión Europea y coordinada en España por la Comisión Nacional de Energía. Fruto de estas iniciativas, se han aprobado incrementos de capacidad en las conexiones internacionales de Larrau e Irún. Sin embargo, es necesario seguir impulsando el proyecto Midcat, como prolongación del Eje Mediterráneo que permitiría aumentar de manera decisiva el flujo de gas con Europa a través de los Pirineos.
Todos estos aspectos se contemplan en las iniciativas sobre infraestructura energética que ha propuesto el comisario europeo de Energía, y que han merecido el respaldo del reciente Consejo Europeo celebrado el pasado 4 de febrero en Bruselas.
El desarrollo de interconexiones es un tema estratégico para España, no solo desde el punto de vista de la seguridad de suministro frente al riesgo geopolítico. Supone también una oportunidad única de posicionarnos, gracias a nuestro liderazgo en GNL y regasificación, como puerta de entrada del gas del sur de Europa y país de tránsito, así como alternativa ante la dependencia rusa de muchos de nuestros vecinos europeos.
En definitiva, España cuenta con un buen nivel de seguridad de suministro en condiciones normales de funcionamiento de los mercados internacionales de gas. Sin embargo, tenemos que estar preparados para garantizar el suministro ante posibles conflictos geopolíticos. Para ello, debemos disponer de las adecuadas reservas y capacidades en los almacenamientos subterráneos y de una capacidad de interconexión que permita aportaciones recíprocas significativas para la seguridad de suministro de España y la Unión Europea. .
Antonio Llardén es presidente de Enagás.
lunes, 14 de febrero de 2011
China y las energías alternativas. (Ips)
BEIJING, (IPS) - Investigadores de China, principal proveedor de turbinas eólicas y paneles solares, trabajan para abaratar el costo de la utilización de éstas y otras fuentes renovables, lograr que sean más eficientes y aumentar su proporción en la matriz energética de este país.
China dio un gran salto hasta ubicarse al frente del sector de energías alternativas, pero se necesita una mayor inversión del gobierno si pretende brillar en el rubro, sostienen numerosos especialistas.
El profesor Zhao Xingzhong, de la Facultad de Física de la Universidad de Wuhan, investiga sobre células solares sensibles al color, una alternativa más eficiente y barata que la habitual tecnología fotovoltaica de semiconductores en estado sólido.
Las implicaciones prácticas son evidentes, apuntó.
"El proceso de producción de células solares sensibles al color no produce dióxido de carbono, es decir que no hay contaminación ambiental", dijo Zhao a IPS. "Además cuestan un quinto de los semiconductores tradicionales fabricados con silicio cristalino", añadió.
El equipo de investigación de Zhao es único en este país y en el mundo, pero dice que el apoyo del gobierno está lejos de ser suficiente.
Corea del Sur y Japón invirtieron en total 1.600 millones de dólares en tecnología solar de tercera generación desde 2000, señaló. Pero en China sólo hubo cinco proyectos locales en la última década, cada uno recibió 4,5 millones de dólares .
"Es difícil superar el cuello de botella tecnológico por la falta de recursos económicos", se lamentó Zhao.
En los últimos años, China se ha convertido en el mayor productor de tecnología para el sector de energías renovables superando a Estados Unidos en la cantidad de turbinas eólicas y paneles solares que fabrica. La compañía Ernst & Young consideró en septiembre a este país como el mejor lugar para invertir en ese rubro.
Las empresas chinas, encabezadas por Suntech, con sede en Jiangsu, concentran un cuarto de la capacidad de producción de paneles solares y aumentan con rapidez su participación en el mercado, bajando los precios gracias a las fábricas de gran escala y a su bajo costo.
En materia de energía eólica, las empresas locales aumentaron con rapidez su participación en el mercado en los últimos años, tras la decisión del gobierno de incrementar los requisitos para asociarse con extranjeros y de introducir nuevos y grandes subsidios y otros incentivos para las compañías chinas del sector.
En 2009 hubo 67 proveedores chinos de turbinas. La participación de empresas extranjeras en el mercado cayó de 70 por ciento a 37 por ciento en los últimos cinco años.
Pero la mayoría de las partes producidas por las compañías chinas se basan sobre tecnología desarrollada en el extranjero, con escasa atención en la innovación local en el sector de energías alternativas
La bioenergía puede utilizarse para mejorar el estándar de vida en las zonas rurales, señaló Wang Mengjie, subdirector de la Sociedad de Energía Renovable de China y ex vicepresidente de la Academia China de Ingeniería Agrícola.
Wang trabaja en proyectos para suministrar a los agricultores equipamiento capaz de transformar la basura orgánica en biogás y fertilizantes.
La cantidad de usinas para producir biogás en las zonas rurales de China superó las 35 millones a fines de 2009 que producen más 12.400 millones de metros cúbicos al año, según cifras del Ministerio de Agricultura.
El gobierno aumentó el presupuesto de biogás en los últimos años a más de 754 millones dólares en 2009, respecto de los 337,2 millones de dólares en 2006 y 2007.
Pero China todavía tiene que superar obstáculos tecnológicos en la industria de la biomasa, indicó Wang.
"En términos de la tecnología para gasóleo de origen orgánico, países como Estados Unidos y Alemania llevan la delantera, en tanto China está en una etapa incipiente", explicó.
Este país "no tiene normas ni políticas definidas en materia de energía a partir de la biomasa. En el contexto actual, no hay posibilidades de que las iniciativas se desarrollen más", añadió.
El interés de China en las energías renovables obedece a que es una oportunidad de negocios, arguyen los críticos. La mayor parte de la producción se vende en el extranjero.
Este país todavía no alcanzó a Estados Unidos en términos de producción de energía renovable. Además es el mayor consumidor de carbón del mundo y se estima que quemará 4.500 millones de toneladas en 2020, según datos de la Administración Nacional de Energía.
El carbón seguirá ocupando dos tercios de la capacidad energética de China en 2020, pero el gobierno prometió invertir miles de millones de dólares para desarrollar la energía eólica, solar y nuclear.
La Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo de China, obliga a las compañías de electricidad a comprar 100 por ciento de la producción de los generadores de energías renovables.
Las fuentes de energía que emiten poco carbono representarán más de un cuarto de la matriz energética de China a fines de este año, informó la agencia de noticias estatal Xinhua, sobre la base de estadísticas oficiales, divulgadas en abril.
Los datos indican que se esperaba que la energía hidráulica, nuclear y eólica generará en conjunto 250 gigavatios para fines de 2010, en tanto la derivada del carbón, 700 gigavatios.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Hidroelectricidad: Creciente presencia en América Latina. (Tierramérica)
RÍO DE JANEIRO, feb (Tierramérica) - La creciente presencia de capitales chinos y brasileños en el sector energético de América Latina facilita la construcción de numerosos complejos hidroeléctricos, pero también alienta posturas nacionalistas que se suman a los cuestionamientos ambientales a esos grandes proyectos.
Las tres mayores obras hidroeléctricas de Ecuador están a cargo de empresas chinas, lo cual rompe con la hegemonía que tenían en esa área constructoras brasileñas, como la Odebrecht o Andrade Gutierrez.
El financiamiento por el Exim Bank (banco de comercio exterior) de China, que cubre casi todos los costos, hizo viable esas centrales en momentos en que Ecuador tenía limitado el acceso al crédito a causa de la revisión de la deuda pública que promovió el gobierno, a partir de 2007, y que llevó a no pagar casi 4.000 millones de dólares por entender que no correspondía.
Brasil también financia obras a través de su estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Pero esas inversiones se vieron afectadas desde 2008, cuando el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa expulsó a Odebrecht, acusándola de fallas en la construcción de la hidroeléctrica San Francisco y reclamándole reparaciones por 210 millones de dólares.
La competencia entre Brasil y China, ambos con capitales excedentes y que poseen constructoras especializadas en grandes proyectos, crea condiciones más favorables para el aprovechamiento energético de los abundantes ríos latinoamericanos.
En esta puja, empero, ya hay un ganador en Perú en lo que refiere a los cincos complejos hidroeléctricos que se construirán en la Amazonia. Están "planificados en función de los intereses brasileños", que serán los únicos beneficiados, dijo a Tierramérica el director de la organización no gubernamental ProNaturaleza, Alfredo Novoa.
El activista cuestionó esos proyectos pues entiende que Perú cuenta con generación suficiente para su consumo eléctrico actual y puede atender su demanda futura por el potencial de la cordillera de los Andes y los vientos costeros, que no conllevan daños ambientales y sociales como sí los tienen las represas en la selva amazónica.
Esa reacción nacionalista a la multiplicación de las hidroeléctricas condena también la financiación por parte del BNDES, que tiene como condición la importación de equipos e insumos brasileños para la ejecución de las obras.
Es un mecanismo utilizado por Brasil para incrementar las exportaciones de gran valor agregado, además del cobro de intereses y las ganancias de sus empresas, que serán socias o constructoras de las centrales.
El acuerdo energético entre ambos países, firmado en junio de 2010 para la construcción de cinco hidroeléctricas en la selva peruana, fue el resultado de una "negociación asimétrica", según Novoa, ya que establece la venta a Brasil de la energía excedente durante 30 años.
Pero como Perú "no necesita" nuevas fuentes de la Amazonia, "mientras que Brasil sí", queda evidente a quién le sirven los proyectos, arguyó.
"Con Brasil no se negocia, sólo se acepta", comentó el presidente de Perú, Alan García, en reunión privada con empresarios, diplomáticos y líderes sociales en Chile, aseguró el 20 de este mes el analista político chileno Patricio Navia en su cuenta de la red social Twitter.
Las represas y líneas de transmisión a construir implican la deforestación de 1,5 millones de hectáreas amazónicas, estimó el ingeniero peruano José Serra en un estudio para ProNaturaleza.
China concentró sus inversiones en Perú en el sector minero, mientras que Brasil se volcó a los hidrocarburos, a las obras de infraestructura de transportes y a las hidroeléctricas en zonas cercanas a la frontera común.
Estos capitales de ambos gigantes emergentes jugaron un papel importante en el crecimiento económico de Perú y redujeron la dependencia de ese país respecto de Estados Unidos, que aún no supera la crisis que estalló en 2008, precisó a Tierramérica la politóloga Cynthia Sanborn.
Las empresas brasileñas actúan en diversos sectores de la economía peruana, pero "no he visto mucha resistencia a estas inversiones de parte de la sociedad civil, a excepción del caso de las hidroeléctricas", señaló Sanborn, experta estadounidense que dirige el Centro de Investigación de la peruana Universidad del Pacífico.
Tampoco tiene buena acogida el capital chino, después que Shougang Hierro, que explota minas en Perú desde 1992, provocó gran contaminación por derrames de aceites y lubricantes y fue acusada de violar leyes laborales, a la vez que otras dos empresas chinas generaron conflictos, con muertos y heridos.
Nicaragua es otro país donde las represas hidroeléctricas están en manos de firmas brasileñas, favorecidas por el hecho de que el país centroamericano no tiene relaciones con China, porque las tiene con Taiwán.
El proyecto hidroeléctrico Brito, otorgado en 2007 a la constructora Andrade Gutierrez, desató también polémicas y críticas de ambientalistas, porque represará las aguas del río San Juan para invertir su curso natural hacia el mar Caribe y hacerlo desaguar en el océano Pacífico. Tendrá capacidad para generar 250 megavatios, a un costo inicial de 600 millones de dólares.
Otra central, Tumarín, de 220 megavatios, la ganó la firma también brasileña Queiroz Galvão.
En cuando al mismo Brasil, las inversiones chinas crecieron abruptamente en los dos últimos años, en variados sectores. En energía, curiosamente se destinaron a la compra de empresas de transmisión y distribución de electricidad, además de otras con participación en yacimientos de petróleo.
Son dos tipos de inversiones, uno para adquirir reservas de recursos naturales no renovables para atender la demanda en la misma China, mientras que el otro es para generar empleos para sus nacionales en el exterior y exportar equipos, comentó a Tierramérica Adriano Pires, consultor en energía y director del Centro Brasileño de Infraestructura.
China es uno de los pocos países que desarrollaron tecnología para ejecutar las grandes obras de infraestructura, pero difícilmente penetrará en ese sector en Brasil, como hizo en África y Ecuador, porque las constructoras brasileñas son muy competitivas, indicó Pires.
Sin embargo, sí participan en el auge actual de los complejos hidroeléctricos y termoeléctricos, vendiendo turbinas y equipos, por sus precios bajos.
Las inversiones chinas parecen "tímidas", porque muchas no aparecen en las estadísticas, como las que compraron el control accionario de empresas importantes, advirtió a Tierramérica el presidente de la Sociedad Brasileña de Estudios de Empresas Transnacionales, Luis Afonso Lima. Es el caso de la montadora sueca de vehículos Volvo, ejemplificó.
Pero su orientación no parece priorizar la energía eléctrica en Brasil, opinó.
Con casi tres billones de dólares en reservas internacionales, China trata de transferir sus inversiones en títulos del Tesoro estadounidense a otros activos, corroboró Pires.
* Este artículo fue publicado originalmente el 29 de enero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. Con aportes de Gonzalo Ortiz (Quito), José Adán Silva (Managua) y Milagros Salazar (Lima)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)