6 de Enero de 2012.- Ahora que terminó 2011, es importante analizar las cuestiones que han repercutido en el rendimiento de los diversos sectores del mundo de los commoditiees y de algunas materias primas en concreto para prever que podría esperarse en las fases iniciales de este año.
Tras un sólido rendimiento en los primeros cuatro meses, la adversidad al riesgo ha regresado, dando lugar a una debilidad generalizada, con lo que el índice de materias primas S&P GSCI experimentó la primera (y pequeña) caída desde 2008.
Otros índices significativos como el DJ UBS cayeron por encima del 13% debido a que éstos cuentan con una exposición mucho mayor a los dos sectores que resultaron los más perjudicados: la agricultura y los metales industriales. En tanto, el índice Reuters Jefferies CRB, que suele utilizarse para hacer los análisis semanales de las materias primas, ha cerrado en torno a un 8% a la baja, es decir, en línea con el índice mundial sobre acciones MSCI.
El descenso generalizado de un punto porcentual en el índice de materias primas S&P GSCI esconde diferencias sustanciales entre los cuatro sectores. Se observaron retornos positivos en el sector de la energía y de los metales preciosos, mientras que los metales industriales fueron los grandes perjudicados seguidos por el rubro agricultura. El rendimiento relativamente aceptable del índice en términos generales puede explicarse en que los ambos sectores a la cabeza representan un 70% del índice S&P GSCI.
Al echar una mirada a cada una de las materias primas se puede advertir grandes diferencias en cuanto al rendimiento. Los productos vinculados a la energía representan más de la mitad de los mercados rentables mientras que el oro, que durante mucho tiempo se alzó con el primer puesto hasta las ventas de diciembre, mostró un rendimiento aceptable solo del 10%. A l final de la lista se encuentran los grandes perjudicados del mercado a raíz de la ralentización de la económica mundial, como los casos del carbón, el algodón y del cobre o del exceso de oferta, como ha quedado manifestado en el gas natural y el cacao.
Energía
El año 2011 ha obligado al consumidor global a acostumbrarse a precios del petróleo por encima de los US$ 100, y el precio medio del crudo Brent se ha situado en los US$110, un 37% por encima de 2010. Esta “subida de impuesto” a la que tuvo que hacer frente el consumidor global ha repercutido significativamente en el cambio de perspectiva para 2011, al caer las previsiones iniciales sobre un mayor crecimiento global y dar lugar a un nuevo clima de preocupación respecto a la recesión.
El crudo Brent alcanzó su máximo en US$ 127 por barril en abril del año pasado, en un momento en que todas las miradas estaban depositadas en la incertidumbre sobre la pérdida de petróleo libio. Luego se produjo una bajada constante pero muy lenta, ya que la fortaleza del dólar se ubicó en el centro de las miradas al igual que la crisis de la deuda soberana en Europa, el delicado tema que afecta el comportamiento de los mercados globales y desde hace dos años continúa sin solución.
A medida que se aproximaba 2012, la escalada de los riesgos geopolíticos, con origen en Siria e Irán, junto con la mejoría aparente de la economía estadounidense ofrecieron soporte a los precios mientras que el clima de preocupación en torno a la economía global y la crisis de la eurozona han remado contra la corriente.
El dólar seguirá desempeñando un papel preponderante a la hora de decidir hacia qué dirección apostar, mientras que los especuladores ya cuentan con una posición corta casi record en el euro y larga en el billete verde. Cualquier cambio en el sentimiento podría desencadenar la venta de dólares, lo que a su vez ofrecería soporte a las materias primas, al menos a corto plazo.
Consideramos que el crudo Brent seguirá estancado en los próximos meses entre 100 y 115, dado que los factores contrapuestos mencionados mantendrán el precio en un rango relativamente ajustado.
Metales preciosos
En septiembre, el oro marcó un nuevo récord nominal gracias a unos fundamentales fuertes y a la colaboración de los inversores. Sin embargo, el repunte el dólar y el encarecimiento de la posesión de este metal precioso por el apalancamiento de la inversión ha sido objeto de una drástica corrección y que aún continúa en busca de su recuperación.
Aquellos factores que ofrecen respaldo, entre los que se incluyen las compras de los bancos centrales, principalmente en Asia y Oriente Próximo, las previsiones que apuntan a que las tasas de interés reales se mantendrán bajas o llegarán a ser negativas en los EE.UU. así como las posibilidades de que la crisis en Europa continúe agravándose. Esto debería ser una constante y serviría para contribuir un mejor rendimiento para el oro respecto al dólar en 2012.
Pero, por el momento, el rendimiento depende en gran parte si es que encuentra el camino de retorno al mercado, y en qué momento lo harán, el “dinero caliente” de los especuladores y el “dinero real” de los gestores de fondos. China e India, los dos principales consumidores a escala mundial, recortaron sus compras ya que el gigante asiático ha limitado la negociación spot y de futuros a los dos mercados de valores más importantes de Shanghai para frenar la compraventa ilegal de materias primas. Las importaciones de India se vieron obstaculizadas por el desplome de la rupia, por lo que el precio del oro en la divisa local se ha incrementado en una tercera parte.
Durante la última quincena no se ha logrado volver a niveles por encima de la media móvil de 20 días, en la actualidad en 1.628, y podría indicarse que se necesita que el deterioro sea aún mayor para que los compradores opten por regresar al mercado.
Por lo tanto, habrá que seguir muy de cerca la tendencia alcista que parte de la bajada de 2008. Un cierre semanal por debajo de 1.540 apuntaría a correr el riesgo de que se produzcan más pérdidas antes de contar con el soporte adecuado. Y a todo ello se suma a que 1.537 es el nivel por debajo que indica que el oro ha entrado en un mercado técnico bajista, que se define como una caída del 20% desde una subida reciente.
La plata sigue siendo esa joven volátil y temperamental y como tal, no puede competir como refugio. De todos modos, luego de una corrección del 50% del repunte entre 2008 y 2011, el ratio medio de cinco años con el oro ha regresado. Es una jugada relativamente buena una vez que la actividad económica comience a mostrar signos de deterioro o de mejora.
Metales industriales
Cuando la perspectiva económica global comenzó a deteriorarse durante el segundo semestre de 2011, lo mismo ha ocurrido con la previsión para los metales preciosos. El índice LME que recoge seis metales industriales cayó un 23% como consecuencia de las bajadas del estaño, del níquel y del zinc.
El precio del cobre, que desde la bajada de 2009 se ha triplicado, dio marcha atrás a medida que salían a flote las dudas en sobre las perspectivas de crecimiento, especialmente de China. Teniendo en cuenta que la segunda economía del mundo consume alrededor de un 40% de los metales industriales, una ralentización conllevaría a un perjuicio para el sector mayor si no se tienen en cuenta los precios del petróleo (China solo consume en torno a un 10% de la producción de petróleo global).
Si bien una debacle de la magnitud de la observada en 2008 parece ahora una posibilidad remota, son varios los problemas de suministro y las interrupciones en el abastecimiento que se mantienen y persiste el temor a que cuando la actividad económica repunte de nuevo, los precios cuenten con soporte y el centro de atención se sitúe rápidamente en la oferta.
La perspectiva económica para los EE.UU., el segundo gran consumidor a escala global, parece haber mejorado y debería amortiguar cualquier situación de debilidad adicional. Los pobres resultados obtenidos en 2011 en el cobre correspondieron a que China no ha comprado este metal debido a los precios elevados, una política monetaria estricta así como la reducción de los excedentes de reservas acumulados durante los dos años anteriores.
La reposición de inventarios podría ser suficiente para ofrecer respaldo a los precios, por lo que parece que el cobre cuenta con una mejor perspectiva que la de otros metales industriales debido a la escasez de la oferta.
Aumenta el riesgo de rebote a corto plazo
Los fondos de cobertura y los grandes inversores recortaron su exposición larga a las materias primas de los EE.UU. hasta los mínimos desde marzo de 2009, cuando los mercados comenzaban a recuperarse lentamente tras la caída de Lehman Brothers. Los últimos datos difundidos ponen de relieve que las posiciones de futuros y opciones disminuyeron un 12% hasta alcanzar los 656.000 contratos, una reducción nominal de 9.000 millones de dólares hasta los 60.000 millones de dólares.
Ya en enero de 2012, son muchos los inversores que muestran una gran cautela en relación al rendimiento de las materias primas durante las fases iniciales de este año. Sin embargo, la drástica reducción de la participación especulativa debería seguirse muy de cerca, ya que una nueva consolidación de posiciones largas podría tener un impacto significativo sobre los precios.
Con carácter estacional, en la última década, el índice S&P GSCI ha mostrado en enero un retorno negativo en 7 de los 10 años, seguido por un comportamiento sin variaciones en febrero y un marcado repunte en marzo. Habrá que ver si la historia se repite, si bien la cautela está a la orden del día la hora de mostrar el pesimismo de acuerdo a cada sector teniendo cuenta en la manera en que se ha reducido en la actualidad la presencia de los fondos de cobertura (Saxo Bank).
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